Lo que la historia de la Química nos enseña
Juega Un solitario para mi
El edificio de la ciencia no sólo requiere materiales […] y exige el trabajo no sólo
de preparar los materiales, juntarlos, estudiar los planos y las proporciones
simétricas de las diversas partes. […] concebir, comprender y captar la plena
simetría del edificio de la ciencia, incluyendo sus partes aún no acabadas es
equivalente a degustar ese gozo que sólo transmiten las formas más elevadas de la belleza y la verdad”.
Dmitri Mendeleiev
Dmitri Ivanovich Mendeliev nació en Tobolks, Siberia el 8 de febrero de 1834. Fue el menor de 14 o 17 hermanos –si en los registros no hay datos fehacientes-.
Dimitri Mendeleiev y su juego solitario
Su padre murió cuando era pequeño y fue su madre la que se hizo cargo de sus estudios. Fue rechazado en la universidad de Moscú y luego de muchos esfuerzos consiguió entra en la de San Petersburgo. Luego de recibirse viajó a Francia y a Alemania donde trabajó con los químicos más prestigiosos de la época. A su regreso a Rusia se convirtió en uno de los mejores conferenciantes de Europa. También se hizo famoso por la aplicación de nuevas metodologías a la fabricación de quesos y el aumento en el rendimiento de las cosechas.
Como en esa época Rusia se encontraba muy atrasada con respecto a los conocimientos científicos de entonces, Mendeleiev se aboca a escribir el libro Los principios de Química, ya que no existía otro libro de química inorgánica. Inició su trabajo describiendo las propiedades del cloro, bromo y yodo. Estos elementos formaban compuestos parecidos y las sustancias simples eran semejantes… ¿Habría otra forma Mientras escribía su obra Mendeleiev se encontró con el primer inconveniente, ¿cómo organizar los elementos? Necesitaba responder esta pregunta para armar su libro. Era el viernes 14 de febrero de 1869. El lunes tenía que viajar a otra ciudad a dictar una conferencia ante una delegación de fabricantes de queso e iniciar una gira por distintas granjas que pedían su asesoramiento. Estaba preocupado, no lograba hallar la llave que le permitiera ordenar los elementos… Pasó el fin de semana trabajando pero no encontró la respuesta. Llegó el lunes, su baúl preparado, el trineo lo esperaba para salir en el tren hacia Tver…
En esa mañana Mendeleiev estableció una conexión entre su juego de cartas preferido: el solitario y unas tarjetas donde escribió las masa atómicas de los elementos y sus propiedades. Había cierta similitud entre los elementos y los solitarios. En este juego las cartas se alineaban de acuerdo con palos y en orden numérico descendente. Le ordenó a su sirviente que despidiera el trineo y que volviera por la tarde.
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Números decrecientes |
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Pica |
reyes |
reinas |
joker |
10 |
9 |
8… |
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Corazón |
reyes |
reinas |
joker |
10 |
9 |
8… |
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Trébol |
reyes |
reinas |
joker |
10 |
9 |
8… |
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diamante |
reyes |
reinas |
joker |
10 |
9 |
8… |
El científico buscaba entre los elementos un patrón que le permitiera organizar los elementos en grupos como los palos de la baraja, con los elementos de cada grupo ordenados por sus masas atómicas.
Jugó entonces su solitario juego. Llegó la noche y no viajó a Tver y se quedó dormido sobre sus tarjetas tras días de trabajo.
Al despertar Mendeleiev tuvo ante sus ojos la respuesta: cuando se ordenaban los elementos según sus masas atómicas sus propiedades se repetían a intervalos periódicos, por eso llamó a su descubrimiento la tabla periódica de los elementos.
Dos semanas más tarde publicó este hallazgo en un trabajo llamado Una propuesta para un sistema de los elementos.
Su hallazgo fue maravilloso: llegó a prever las propiedades de muchas sustancias que no eran conocidas en aquella época y dejó entonces los casilleros vacíos para cuando se descubrieran.
Dijo Dimitri Mendeleiev
«En un sueño vi una tabla en la que todos los elementos encajaban en su lugar. Al despertar tomé nota en
un papel».
Química Hoy!!! 